Creo que es importante difundir
el caso del periodista saudita Hamza Kashgari, joven de 24 años, quien se
encuentra detenido en su país acusado de apostasía y por lo tanto enfrentado la
posibilidad de la pena capital que en Arabia Saudita se paga muchas veces con
la decapitación.
¿Cuál fue su delito? Bueno, tuvo
la irreverencia de twittear lo siguiente:
- “En tu día, no te reverenciaré. No besaré tu mano. Por el contrario, te extenderé la mano como a un igual y te sonreiré como tú me sonríes. Te hablaré como a un amigo, no más.”
- “En tu día, te encuentro en donde voltee. Te diré que he amado muchos aspectos de ti, odiado otros y podría no entender muchos más.”
- “En tu día, diré que he amado el rebelde en ti, que tú has sido siempre una fuente de inspiración para mí y que no me gustan los halos de divinidad que te rodean. No oraré por ti.”
Estas frases han ocasionado las más
feroces reacciones, no sólo de los más respetables curadores de la fe islámica,
sino, como es de esperar, de muchos creyentes de todas las nacionalidades,
quienes consideran dichas frases como insultantes contra el Profeta Mahoma y
por lo tanto contra toda la fe musulmana.
En algunas tradiciones
religiosas, insultar a dios u ofender a su mensajero es un pecado que no puede
ser perdonado. Quizá esto nos parezca excesivo, producto del fanatismo
religioso, pero es así como se formaron las tres religiones monoteístas de
origen abrahánico. La piedra angular de dichas religiones es el temor a dios y
el sometimiento a su voluntad sin reparos (Aunque te pida que mates a tu hijo).
La adoración a otros dioses paganos era un delito que se pagaba con la vida,
basta leer algunos pasajes del antiguo testamento para entender este comportamiento
(Éxodo. 35: 15-29, Deuteronomio 13:7-11). El Islam, que se nutre de la misma tradición
y que no ha dejado que sus costumbres pasen por el tamiz de la razón, permanece
como una de las religiones más primitivas en sus prácticas y concepciones.
Quizá para entender lo anterior sería
oportuno escuchar el siguiente video, en donde uno de los más respetados clérigos
de Arabia Saudita da su parecer sobre los escritos de Hamza Kashgari, llamando
a que dicho periodista sea ejecutado, como se solía hacer en la antigüedad. Luego
de escuchar este video, quizá alguno de ustedes sienta un escalofrío y agradecido
de haber nacido en una sociedad libre o casi libre, donde, por lo menos, por
opiniones o escritos, por más terribles y heréticos que puedan resultar, tu
cabeza no corra peligro.